domingo, 19 de agosto de 2007


tengo en el centro de mi garganta
un grito de pétalos secos
tengo en las plantas de mis pies
un ardor de espinas enquistadas
tengo en las pupilas de mis ojos
un pozo de agua seca

aunque abra los poros de mi piel uno a uno
aunque deje por mi carne correr la salivia tibia
aunque mis manos surquen prados de trigo verde

tengo, todavía,
este temblor cosido en el hueco de mis entrañas

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