lunes, 21 de mayo de 2007

presencia

no quería venir
y vine.
no quería irme
y me fui.
no quería quererte
y te adoro.

fue un camino de plata
el que me llevó a ti
en una noche de agujas finas
y ojos abiertos.
fueron toda la fuerza de mi sangre,
mis uñas, mi nuca,
mis pestañas, mi ombligo.
fue el poder de mis ancestros
lo que me hizo encontrarte.

por mucha sangre que hubiera llorado
en un desierto de escorpiones,
por muchas lunas que hubiera buscado
en los ojos de los cadáveres,
por muchas manzanas que hubiera podrido
en el jardín del placer.

te habría encontrado.
una y mil veces.
aunque la noche te hubiera escondido
con su espesor de ceguera,
con sus antorchas apagadas,
con sus manos arrugadas.
te habría encontrado.

porque tenía que encontrarte.

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