jueves, 28 de junio de 2007

Gracias por aparecer cuando todo estaba perdido. Cuando la soledad de los aeropuertos me devolvía a mi pasado indeleble, a mi castigo imperecedero. Cuando pensaba que gújara volvería a enquistarse en mis uñas y mis dientes.

Gújara resultó entonces ser un sueño, una puerta abierta a mi yo encorsetado y dormido, aletargado, que tanto necesitaba reinventarse. Y que se reinventó.

Gracias por creer en mí, por aparecer cuando todo estaba perdido y descubrir el lado que yo nunca me atreví a ver. Gracias por tu hilo de voz.

1 comentario:

JUDIT dijo...

Gracias por ser y estar. Por no desaparecer, por permanecer en mi regazo, latente y presente.
Tapame que tengo frío y tu mano es el abrigo dentro del laberinto.
jet´amie