lunes, 22 de septiembre de 2008

entonces llegué y no estabas y no estabas y no estabas y miré abrí mis ojos hasta que me dolieron y abrí las manos para sentir el aire perfumado entre mis dedos pero no estabas la habitación se me hacía un hueco insoportable doloroso y mi cuerpo sin el tuyo era un páramo desierto un silencio acorchado una jarra seca sin agua ni flores el mundo sin ti se me hacía el vacío y la espera un rosario infinito de letanías punzantes una dentellada en el hueco de mis uñas una ajuga de avispas en el centro de mi nuca y cerré los ojos para esperarte porque sé que al final del camino del laberinto de la botella estarás tú y mi cuerpo respirará

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