he mirado a mi alrededor y he visto una desbandada. un páramo seco y nocturno. un hueco de espanto. he visto un charco de sangre ante mis ojos. el charco de mi propia sangre. he visto un imperio derruido, unas frutas podridas, unas flores marchitas.
y luego me he visto a mí mismo. aquí.
he llorado lágrimas hasta quebrar mis ojos. y, sin fingirlas, las risas han venido a mi garganta.
otra vez, tengo miedo.
sólo busco un havre de paz donde atracar.
domingo, 28 de octubre de 2007
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