mi lamento no tiene nombre concreto
lloro ante la ceguera de mis ojos y la sequía de mi boca
ante la impertinencia de las páginas de mi destino
pero mi lamento no tiene nombre concreto
un día abrí los ojos
los muros del laberinto habían dejado paso a la lluvia fresca
y tú ya no estabas
(tú, anécdota, actualización de mis miedos)
mientras mi boca no esté llena de arena
y mis ojos de hormigas
témeme
porque estoy vivo
viernes, 16 de mayo de 2008
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