hoy,
parís,
he abierto los ojos para mirarte
cuando te deje no lloraré ni una lágrima
no habrá nostalgia de tus esquinas, tus aceras, tus puentes
en mis manos
perdidos, en tus calles, habrán quedado mis miedos
rota, en tus sábanas, habrá sucumbido mi inocencia
hoy
he visto con mis ojos abiertos la belleza inconmensurable de tus rincones
he escuchado con reposo la cadencia de tu acento
he comprendido que hay sombras escondidas tras el fulgor de tus luces
vine
porque tenía que encontrarte
hoy
sé que eres la última página
el epígono
la postrimería
no lloraré cuando te deje
porque me has ayudado a encontrarme
parís,
he abierto los ojos para mirarte
cuando te deje no lloraré ni una lágrima
no habrá nostalgia de tus esquinas, tus aceras, tus puentes
en mis manos
perdidos, en tus calles, habrán quedado mis miedos
rota, en tus sábanas, habrá sucumbido mi inocencia
hoy
he visto con mis ojos abiertos la belleza inconmensurable de tus rincones
he escuchado con reposo la cadencia de tu acento
he comprendido que hay sombras escondidas tras el fulgor de tus luces
vine
porque tenía que encontrarte
hoy
sé que eres la última página
el epígono
la postrimería
no lloraré cuando te deje
porque me has ayudado a encontrarme