la adversidad
sólo nos hace
el havre es el remanso, el sosiego, el refugio, la calma, el amparo. el havre perdido es la tortura, el temblor, la intemperie, el grito. yo encontré el havre. y ahora lo he perdido.
Gracias por aparecer cuando todo estaba perdido. Cuando la soledad de los aeropuertos me devolvía a mi pasado indeleble, a mi castigo imperecedero. Cuando pensaba que gújara volvería a enquistarse en mis uñas y mis dientes.
Gújara resultó entonces ser un sueño, una puerta abierta a mi yo encorsetado y dormido, aletargado, que tanto necesitaba reinventarse. Y que se reinventó.